La formación inicial y permanente

En las sesiones teóricas de esta semana, hemos tratado un tema muy presente en nuestras vidas como futuros docentes: la formación inicial y permanente.

La formación inicial es el requisito mínimo que nos solicitan para acceder a la profesión, en nuestro caso, el grado. Sin embargo, una vez finalizados nuestros estudios universitarios ¿nos sentimos preparados para trabajar?. 


Foto de Vasily Koloda en Unsplash
La respuesta clara es que no. Durante estos años se les da demasiada importancia a las clases teóricas, las cuales, del modo en que están enfocadas, no nos permiten aprender realmente lo necesario; así pues, el período de verdadero enriquecimiento es el de prácticas.

Este hecho nos hace plantearnos cuál es la formación inicial que nos falta y que nos gustaría que se añadiera al plan de estudios, cuestión sobre la que hemos reflexionado en clase. Aprender a tratar con los familiares, a tratar con los pequeños cuando entran en contexto temas como la muerte, la sexualidad, el bullying…, aprender a trabajar la diversidad en las aulas, pero, sobre todo, aprender a enseñar. Eso es lo que realmente necesitamos, en lugar de tantos contenidos teóricos, la mayoría de los cuales no ponemos en práctica. 


La formación inicial nunca será suficiente, nos aportará conocimientos pero no todos los que precisamos, ya que por mucho que ahora trabajemos conceptos y situaciones para trabajar posteriormente en la escuela, eso no nos servirá realmente hasta que no se nos presente la necesidad real de llevarlos a cabo. Por eso es imprescindible la formación permanente, puesto que, cuando salimos de la universidad, seguimos aprendiendo y formándonos.


Foto de JESHOOTS.COM en Unsplash
Esto nos lleva a otra pregunta: ¿Después del grado qué pasa? Pues bien, existen diversas plataformas como Cefire o Mooc’s donde podemos apuntarnos como docentes y realizar cursos de formación. Además, podemos continuar nuestro aprendizaje con estudios de postgrado, másters, doctorados…

Sin embargo, lo que es realmente interesante y fundamental es la autoformación de cada uno. Es aquí donde entra en juego el PLE. En este blog publiqué hace unos días mi propio PLE, podéis echarle un vistazo en la entrada Personal Learning Environment (Actividad).

El PLE ideal del docente es el que está en continua formación y actualización, así pues, este habría de estar bien organizado siendo conscientes en todo momento de la necesidad de hacer una buena gestión de las apps. Podemos utilizar plataformas e incluirlas como estrategias como Google Drive, Google Sites, Padlet o Notion para organizar toda nuestra información y recursos. Para poner en práctica esto, hemos realizado una actividad por grupos en clase de recogida de datos y clasificación de los mismos en una de estas plataformas. En nuestro caso, hemos escogido Padlet para organizar la información que hemos encontrado sobre cómo trabajar la diversidad en las aulas. Podéis hojear el resultado siguiendo el enlace que se encuentra a continuación: Banco de recursos colaborativo / trabajar la diversidad. 


Por último, a parte de la autoformación, es necesario potenciar el intercambio de información entre docentes, compartir, comunicar, puesto que, tal y como afirma Besalú en su artículo Formación permanente del profesorado, en cuanto al cómo de esa formación permanente, podríamos partir de la premisa de que la colaboración entre profesionales es una de las características esenciales de la práctica pedagógica” (Besalú, 2020).


Foto de Jason Goodman en Unsplash

En definitiva, es evidente que llevamos a cabo un lifelong learning, en otras palabras, hemos de ser conscientes de que el aprendizaje es para toda la vida, así pues, hemos de seguir formándonos sin caer en la monotonía, puesto que la sociedad es cambiante y hemos de evolucionar con ella. “Es insostenible pensar que, en un periodo tan largo y a la velocidad en que se producen los cambios a todos los niveles, no sea del todo imprescindible actualizarse, ponerse al día” (Besalú, 2020).


Me gustaría finalizar esta entrada con una pequeña reflexión a partir de esta cita de Zabalza y Zabalza (2011): “El tiempo acaba convirtiéndose en una preocupación psicológica por lo que ya no se vive relajadamente sino que se trata de rentabilizar al máximo como bien escaso que es". Es evidente que el tiempo es una preocupación hoy en día, sin embargo, mientras estamos pendientes de ir siempre a contracorriente, la vida pasa. Igual deberíamos parar un poco y disfrutar más de las pequeñas cosas, pensar qué estamos haciendo y, sobre todo, por qué lo hacemos. 

¿No creéis?


REFERENCIAS:


· Besalú, X. (2020). Formación permanente del profesorado. El diario de la Educación.


· Zabalza, M.A. y Zabalza, M.A. (2011). La formación del profesorado de Educación Infantil. Participación Educativa.


Fecha de las sesiones: 17/10/2022 - 18/10/2022


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