Problemáticas actuales en la función docente

Siguiendo los contenidos relacionados con el desarrollo profesional y la formación permanente, en la sesión de hoy hemos tratado el tema de la función docente y las problemáticas con las que nos encontramos actualmente.

Así pues, nos topamos con una serie de aspectos relacionados con la inclusión, la pedagogía, la burocracia y el prestigio que dificultan nuestra evolución profesional como docentes. 

Foto de Uday Mittal en Unsplash


En primer lugar, una ratio excesiva es uno de los factores que obstaculizan el hecho de trabajar de manera inclusiva en el aula, puesto que cuantos más alumnos, menos podemos personalizar la educación para cada uno de ellos. Cada vez nos encontramos con más diversidad en las aulas y con una cantidad elevada de alumnado se hace complicado abarcar la totalidad de esta diversidad por no poder centrarnos en cada uno de nuestros pequeños. Esto produce un efecto dominó, ya que, por consiguiente, muchos docentes acaban frustrados y con una gran carga emocional, puesto que pueden llegar a pensar que no están ejerciendo bien su trabajo. 

Otra de las causas que dificulta esta inclusión es el tipo de profesorado que nos encontramos en algunas aulas poco humanizado, aquel que no empatiza ni posee suficientes habilidades sociales y que se niega a salir de su zona de confort. De esta manera no podemos evolucionar en ningún ámbito, así como por causa de la falta de recursos personales; los recortes en el personal van aumentando cada vez más porque en este país se piensa antes en el tema económico que en las necesidades de las personas, en este caso, del alumnado. 


Por otra parte, considero que existe una estrecha relación entre los problemas relacionados con la pedagogía y la burocracia en la educación. Aquí la principal preocupación es la motivación, tanto de los alumnos como de los docentes, la cual juega un papel fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje.


Foto de Jon Tyson en Unsplash

Hablando desde la perspectiva de estudiante, estamos cansados de que cuestiones como la necesidad de innovar constantemente o el temario tan sobrecargado, nos quiten las ganas y nos desmotiven a la hora de seguir estudiando lo que nos gusta. La gran mayoría de veces parece que si no obtenemos resultados tangibles que podamos enseñar o presentar, no se ha trabajado ni aprendido nada, pero ¿qué hay de la experiencia?. Parece que lo único importante es adquirir títulos y más títulos, que seguramente obtengamos más por casi obligación que por voluntad propia. 

Así pues, demandamos una educación de calidad, basada principalmente en nosotros y en nuestra experiencia, con la que disfrutemos aprendiendo y ampliando nuestros conocimientos, sin hacer las cosas porque “es lo que me han pedido en clase”. 

Asimismo, bajo mi perspectiva como futura docente, coincido con el punto de vista relacionado con que el mundo evoluciona y nosotros hemos de hacerlo con él, innovando y actualizándonos; sin embargo, eso no significa que hayamos de rechazar las metodologías tradicionales porque sean “malas” o estén anticuadas. Pienso que el objetivo es encontrar el equilibrio entre lo clásico y lo moderno y adaptar nuestra metodología a los diferentes contextos y tipos de alumnado, sin preocuparnos tanto por seguir el ritmo que se espera de nosotros y centrándonos en lo verdaderamente importante, compartir una enseñanza y un aprendizaje de calidad con nuestros alumnos.  


Por último, el prestigio. Personalmente, nunca entenderé el por qué nuestra profesión está generalmente tan desprestigiada y poco valorada porque, al fin y al cabo, nosotros somos la base de la educación y por esto tenemos un papel verdaderamente importante en la sociedad; no obstante y por desgracia, esta no es capaz de verlo, cosa que, queramos o no, acaba influyendo en nuestra actitud a la hora de ejercer nuestra profesión docente.

Foto de Heather Gill en Unsplash

Una de las causas por las que la docencia no se valora es porque la carrera está socialmente concebida como una de las más fáciles y esto acaba asociándose con algo inferior o sin valor. Sin embargo, realmente confío en que algún día este prestigio irá aumentando y dejaremos de oír que en nuestra carrera solo hacemos collares de macarrones. 









Para finalizar, tras haber reflexionado sobre algunos de los problemas a los que hemos de hacer frente los docentes actualmente, cerramos esta entrada con la siguiente pregunta: ¿Qué retos nos proponemos para abordar todas estas problemáticas?, a la que daremos respuesta el próximo día.


Fecha de la sesión: 10/10/2022

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